sábado, 7 de abril de 2012

Sincero

  Sabes... hace tiempo que no escribía, hace tiempo que no sentía, hace tiempo que no dejaba caer una lágrima por nada. Sinceras son mis turbias desdichas, despojos de una vida a medias, entre llantos y un banal sentimiento de justificación, porque así transcurren los pasos de un alma sin rumbo, que jamás conoció el amor, o que quizás tenía una idea diferente de ese amor del que tanto hablan las lenguas desmembradas.
  Hoy no me andaré con rodeos, sin eufemismos, ni líricas agraciadas con el dote de un vocablo maravillado, y enterrado dejaré el arte de la palabra escrita que tanto ha clasificado mi ser de insensato. Al atardecer con un cielo rojizo, humo que desgarra mi garganta, y pluma en mano al estilo de la vieja escuela, con un cenicero de mármol sucio y tirantes sobre una camisa color crema, esperando que salga algo interesante de esta mente desfigurada y atroz, mientras mis labios palpan el cada vez mas cálido sabor de la perdición etiquetada sobre una barata botella de bourbon, esperando que al acabar este ridículo discurso de lamentos personales encuentre alguna fulana que me la chupe mientras me pongo ciego de coca en algún antro con el sonido devastador de la noche que atrae a los bucaneros hacia mares tempestuosos.
  En un antiguo escritorio de madera, con una vieja lampara enfocando el papel ya polvoriento, los pensamientos se hacen cada vez mas pesados, no hay un camino, no hay un destino, un reto, no hay una vida... no hay nada a lo que me pueda sostener porque no soy capaz de sostener nada con mis propias manos, y todo desaparece como un soplo de aire primaveral. Ya no hay jodidas mariposas en el estomago, ni falsas sonrisas que hacen feliz al prójimo con el engaño mas vulgar y repugnante, ya no hay dolor, ni miedo... y las peleas sin sentido no se convierten mas que en alimento al ego y la ira que te corroe, cada golpe recibido, te hace más fuerte, o quizás más estúpido, y te levantas sangriento y empapado en un sudor arrogante del suelo con una sonrisa fría sobre un rostro pálido, sin importarte un mierda lo que venga después, estás seguro de que no vas a caer, de que eres jodidamente mas duro y cabronazo que el hijo de puta que tienes en frente, y entre alcohol, drogas y violencia te vas asumiendo a ti mismo... ese tipo callado que antes caminaba por la calle mirando hacia las nubes se tomó un descanso, pues los ángeles que le despertaban con su cantar al amanecer desaparecieron y le dejaron a la sombra del ocaso, sin guía, sin guardián... porque hasta el mas duro de los titanes, o el mas anciano de los sabios, necesita un consejo... 

...pues más sabe el diablo por viejo que por diablo, pero no por viejo se es más diablo, ni se deja de serlo por sabio.
   

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