martes, 11 de junio de 2013

Nomada

   Como el viento, como el mar, quien es se preguntan muchos, quien fue recordaran otros tantos, de donde y hacia que lugar, indiferente del camino, nada mas su esencia acompañada por su propia sombra, un estado de embriaguez lo define, esbelta silueta en la noche, que a lo lejos se ve cercana, alba que trascurre entre cantos de sirena, aquel viajero que perdió el rumbo en aguas turbias, compañero de tantos sueños, hacedor de tantas ilusiones, narrador de travesías, espectador de crepúsculos enloquecidos. No obstante, quien es el? aquel que siempre vuelve, aquel que nunca se queda, como saber? como comprender?... no es necesario, un alma llena, mas incompleta de un modo u otro.
   Inspiración de tantas musas, que besaron el arte de cerca, caricias nocturnas, pieles devotas, y el placer carnal del pecado, esmalte de los labios mas dulces, dulcemente tuyo, y tuyo soy porque no hay otro pesar, ni me pesa mas que este.
   Frío atizador de invierno, calles repletas de un hedor inquietante, te atrapa, te pierde, locura intensa entre las ramas de un árbol casi marchito, monedas de plata, y azufre desde las profundidades de la ciudad, demonios que te acompañan a cada paso, ángeles que te tienden la mano, manos resbaladizas, pies entre fango y malas hiervas, camina recto pues, fija el horizonte entre tus deseos, y el hada te concederá el ansiado poder.
   Veneno, puro y agradable, sangre que fluye y mente en su plenitud, licor amargo, pensamientos que hacen de la calma un lecho, danzas de seres hermosos, aquí y allá, pero en ninguna parte. Solo aquel que pudo sentir la presencia, fue merecedor de un segundo, es abstracto, es incompleto, pero es tentador, se convierte en un aroma demasiado profundo, casi puedo sentirlo en mi piel, adentrándose en mis entrañas. Aquella hechicera que un día me encontré en algún rincón desolado, que me dio a probar de su propio manjar, la experiencia del viajero, la fortuna del errante, la sorpresa del curioso,  también mala suerte de otros tantos, que tropiezan con la brisa, y los despega del prado convirtiéndolos en presa del océano.
   Tripulante de navíos, capitán de mil hazañas, cientos de batallas libradas, mosquete cual sable, al bribón mis valientes, a las armas por la gloria y el honor de ser pirata. Sin patria, sin hogar, de todas partes, y de ningún lugar, un barco sin bandera, grumetes sin pasado, luchar solo por la libertad, y ser libres solo para no luchar, legión de mil caballeros, que obran por ver un día mas el nuevo amanecer, mas no temen al ocaso, pues la luna llena es compañera de sus cantares y banquetes, y de sus penas olvidadas entre sal y arena.
   Me despido de ti amigo, fiel y leal, mas nunca obediente, mi partida no sera el final, sera el comienzo, de aquí hasta los confines, y de donde esté, hasta tu corazón y hasta la muerte.