miércoles, 7 de septiembre de 2011

Relato de un alma en llamas

   Cuando el corazón deja de latir, cuando los pulmones dejan de respirar, cuando tu mente vuela hacia el edén, cuando todo se apaga, y una luz al final del túnel alumbra tu alma, muchos pensaran que hablo sobre la vida y la muerte, pero nadie sabría explicarme donde acaba lo uno y donde empieza lo otro, o siquiera llegar a una conclusión de cual de las dos es el comienzo y cual el final.
   Esta noche he tenido un sueño, un sueño en el que un jardín repleto de hermosa flora, de extraordinarias criaturas, y de aguas tan cristalinas como la pureza de un inocente ser lleno de bondad y esperanza, esta noche soñé con las hadas del limbo, un lugar que no distingue entre el ayer y el hoy, ni siquiera se sabe si habrá un mañana, un lugar que no envidia belleza ni la riqueza existe, ni existe la comparación de una existencia superior o inferior, es todo del mismo color de la alegría, puedes escuchar el cantar de los ángeles, y el sonreír de un infante, así como el llanto mas amargo de una perdida sin respuesta. Se puede contemplar la mirada de los solitarios caballeros errantes, que respiran el humo de cenizas aún sin extinguir, puedes escuchar el silencio de los sabios, e incluso sentir la esencia de los demonios que no por infames portan destrucción, sino reflexión y experiencia para afrontar males venideros.
   Entre brumas y tormentas, entre días soleados y lluvias que parecen no tener fin, entre el mas fuerte crujido de las ramas reclamando al viento, entre licores prohibidos y oraciones paganas, en un lugar ambiguo y confuso, en el limite de la realidad y la ficción, cuales no consigo distinguir, ahí comienza esta historia, o más bien este intento de raciocinio, es ahí donde se encuentra mi alma envuelta en llamas, con la esperanza de encontrar el lago que que calme mi angustia.
   Perdido, solitario, pensativo e inquieto, sumergido en una habitación llena de espejos, cada cual con un rostro diferente, pero un mismo ser, un ánima que se refleja en diferentes aspectos, intentando resolver el rompecabezas de la verdad, y quien sabe si saldré del laberinto que cuestiona mi mente, o si por otra parte los cristales rotos caerán sobre mi perdición. Amor y paz, cual rosa que florece en el pantano gris, difícil de encontrar, entre el fango y la niebla, camino arduo y peligroso, ente el fuego de lo desconocido, hallarás la razón de una búsqueda sin rumbo, pero con un fin si es que lo hubiere. Pero aún en llamas, y con los ojos rojizos, y las entrañas desmenuzadas, aun con la espina mas dolorosa clavada en alguna parte del sentimiento mas profundo, aún sigo buscando el camino que me lleve a la claridad de mi pesar, no busco solución, ni destino al que sostenerme, ni cobijo, ni techo que me resguarde, ni manto que me arrope, no busco mi lugar en este mundo... tan solo el camino que haga que mi persona cobre sentido ante las acciones que la hacen ser el mecanismo que un día decidió emprender el viaje hacia la libertad.

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